Pobladores protestan por olores fétidos en SEMEFO de Magdalena; la queja se repite en el edificio central del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses
Ayer, vecinos de la cabecera municipal de Magdalena protestaron frente a la sede regional del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses por los olores fétidos de personas fallecidas que emanan de la cámara frigorífica descompuesta.
En esta ocasión fueron los habitantes de ese municipio los se quejaron, pero desde 2017, este reclamo persiste en el edificio central de ciencias forenses de Tlaquepaque, previo a la crisis de los tráileres que contenían 322 personas fallecidas.
En junio de 2018, el encargado de la Coordinación de Recursos Materiales, Francisco Javier Ortega Vázquez, solicitó refacciones para reparar las cámaras frigoríficas ya que los difusores con ventiladores estaban descompuestos y que propiciaban “un ambiente de trabajo poco salubre, además de arriesgar a la ciudadanía con los olores fétidos que produce tal descompostura” se lee en el oficio de adjudicación directa ADJ.DIR.AD010-18.
Las refacciones se habían solicitado desde de diciembre de 2017 en el oficio IJFC/283/2017/CRMSG donde ya se advertía sobre “el alto porcentaje de probabilidad de que lleguen a fallar” por la sobrecarga de trabajo por la alta demanda de cuerpos que se tenían en conservación.
Pocos meses después de revelarse el manejo inadecuado de las personas fallecidas en las cajas refrigerantes, en diciembre de 2018 la junta de gobierno del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses aprobó la creación de una comisión técnica para la elaboración de un tabulador para pagar al personal 20 por ciento por la prima de insalubridad a todo el personal por estar expuesto a agentes infecto-contagiosos, principalmente de los cadáveres en descomposición.
Esta prima de insalubridad no se aplicó.
En mayo de 2019, la queja se repitió y se planteó al director Gustavo Quezada gestionar la modificación del Contrato Colectivo de Trabajo para que se pague el 20 por ciento adicional al salario de los trabajadores ante el riesgo “de contacto con material químico, biológico, médico e infectocontagioso que existe en el edificio central.
La propuesta tampoco avanzó aunque el propio director aceptó que las áreas del Servicio Médico Forense y las administrativas no deberían estar juntas, pero lo atribuyó a una disposición inadecuada del edificio.
Hasta la fecha los trabajadores del Instituto insisten en el pago de esta prima ante los cotidianos olores de los cuerpos en descomposición que resguarda el SEMEFO causada por la saturación de cadáveres en el edificio.
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